¿Cansado de que te corrijan? ¿Harto de los guardianes del «buen» español que te persiguen en WhatsApp, en la sobremesa y hasta en tus sueños? En Hablemos asín, Alberto Gómez Font —lingüista rebelde, barman de la palabra y veterano en las batallas del idioma— te invita a darle la vuelta al juego: aprender las reglas… para romperlas con estilo.
Este no es otro libro de gramática: es un manifiesto a favor del placer de hablar como nos da la gana. Gómez Font desmonta mitos, exhibe incorrecciones deliciosas y demuestra que lo que hoy se tacha de vulgarismo mañana puede ser norma culta.
Con humor, ironía y ejemplos que te harán asentir (o reírte), propone algo tan sencillo como revolucionario: una lengua de lunes a jueves y otra para los fines de semana, más relajada, más tuya.
Hablemos asín es una invitación a soltar la corbata lingüística, a mezclar registros y a disfrutar del español en toda su irreverente diversidad. Porque el idioma, al final, no es de los puristas… sino de quienes lo viven.
Alberto Gómez Font, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, es barman, lingüista y un «sexygenario» con amplia trayectoria. Fue director del Instituto Cervantes de Rabat, coordinador general de la Fundación del Español Urgente y asesor lingüístico de la Agencia Efe. Es autor de Errores correctos. Mi oxímoron (Arlequín, 2019), Donde dice… debiera decir, Diccionario de español urgente y Español con estilo. Coautor de Palabras mayores y de la Enciclopedia del español en los Estados Unidos, ha participado en destacados manuales de estilo. También ha publicado relatos y guías de bares en Madrid y Barcelona.
«Un punto de vista diferente para la lengua española. No apto para puristas. O quizá sí para que abran su mente.»
— Reseña de lector en Amazon«Siguiendo la máxima de que los hablantes son los auténticos dueños del idioma, el autor se propone desempolvar las páginas de los diccionarios…»
— La Vanguardia«El lingüista acaba de publicar Hablemos asín, un divertimento que apuesta por la relajación en el lenguaje y el abandono de la norma culta.»
— Yorokobu









