Dentro de las actividades programadas en la Feria Municipal del Libro y la Cultura tuvo lugar la presentación del libro Oblatos-Colonias. Andanzas tapatías, del cronista Juan José Doñán. La cita fue a las cuatro de la tarde, y pasados unos minutos el autor llegó con su casco de bicicleta en mano para subir a la mesa de diálogo junto con el editor de Ediciones Arlequín, Felipe Ponce.
El maestro de ceremonias de la feria municipal leyó un fragmento del texto de la cuarta de forros del libro de Doñán (a quien se le pone el título de tapatiólogo, neologismo para los estudiosos de Guadalajara). Comenzó la introducción anecdótica de Ponce, quien platicó de su experiencia por haber participado en las dos ediciones que ha tenido el libro Oblatos-Colonias: hace ya más de diez años en la editorial Gráfica Nueva, donde Ponce trabajó; “fue una especie de escuela editorial”. Para la segunda edición, corregida y aumentada, estuvo metido de lleno en el proceso del libro, ya que lo publicó en su editorial Arlequín.
Los primeros comentarios de Doñán fueron de agradecimiento a los presentes, pues pese a la fecha (diez de mayo) y la hora (media tarde con el sol a todo lo que da) el pequeño foro para las presentaciones en la Feria Municipal del Libro tenía un poco más de la mitad de su capacidad (dispuesto para aproximadamente setenta personas). Para el calor, atinadamente los organizadores otorgaron programas y abanicos, estos últimos con la frase de “De rincón a rincón leer es una emoción”.
El libro de Doñán tiene en su subtítulo la descripción más precisa de su contenido: Andanzas tapatías. Los numerosos textos que componen el libro son un repaso por la ciudad, “escribir lo que se encuentra uno mientras recorre sus caminos”, dijo Doñán, quien también expresó su contento por dar cuenta de lo injustamente olvidado y que ya sólo sobrevive en fotografías (las varias versiones del Mercado Corona, por ejemplo). También en ese sentido el libro es un homenaje al Oriente de la ciudad, “Se le hace justicia a la parte menos conocida, de la que casi no se escribe”, fue uno de las mejores frases de Juan José para definir sus crónicas.
La charla de Doñán tuvo un contenido similar al del libro, con temas históricos como la guerra del Mixtón, las fundaciones de Guadalajara (hasta encontrar un lugar seguro junto a la barranca), Mexicaltzingo como el primer pueblo convertido en barrio, la plaza de toros en activo a mediados del siglo XIX (en la Plaza Tapatía); pero también visita temas más actuales como la única iglesia iniciada en México que ha tenido éxito en el extranjero (la Luz del Mundo), las esculturas vandalizadas, mutiladas o robadas (como uno de los niños “miones” del centro que fue rescatado antes de ser fundido).
Juan José Doñán prestó especial atención a varias anécdotas históricas de la capital jalisciense: por ejemplo el río de San Juan de Dios, que ocasionó que cerca de ahí se estableciera el mercado y el barrio con el mismo nombre. En cierto momento se decidió entubarlo, ya que el río iba muy contaminado.
Doñán criticó la decisión de los dirigentes políticos de antaño, quienes no tuvieron la visión de entubar sólo las aguas negras y dejar que el cauce natural del río continuara: “por eso Guadalajara no tiene su río propio, como otras ciudades: no tenemos nuestro Sena”.
Otra historia, ésta más futbolera, fue la del desaparecido equipo de futbol Oro (también desapareció su estadio). El equipo nació con los trabajadores de las joyerías, empresas que para evitar el “san lunes”, fomentaron el deporte entre los trabajadores joyeros (“orfebres, para usar la palabra más precisa… ¿Qué otro nombre le iban a poner, siendo joyeros?”.
Mientras avanzaba el evento se fueron sumando más oyentes. Luego de casi una hora de plática amena, Doñán tuvo que despedirse: “Las mejores conversaciones son las que se quedan empezadas…” fueron las palabras del cronista para dar por terminada (por motivos de tiempo) su intervención. Por fortuna, se puede continuar con la lectura del libro: al finalizar varios de los asistentes compraron el libro y fueron formando una fila para el clásico autógrafo.
La fiesta local de los libros sigue hasta el 25 de mayo en los alrededores del Palacio Municipal (Avenida Alcalde e Hidalgo), sumados los puestos bajo los toldos en la Plaza Guadalajara, justo frente a la Catedral. Los horarios son de diez de la mañana a nueve de la noche.
Nota tomada de EL INFORMADOR / Jorge Pérez 10 de mayo 2014
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