El aforismo revela al lector un pensamiento complejo, que debe contener la esencia de un hecho filosófico. Este género fue utilizado por los antiguos griegos para responderse a los cuestionamientos más trascendentales y cotidianos de su existencia. La ciencia y la filosofía misma brotaron de los aforismos.
Federico Fabregat lleva su mirada a diversas áreas del pensamiento. En esta obra el autor reflexiona sobre la esclavitud de dios, la pureza de la muerte, cómo el ritual seudo espiritualizador del sueño «pone al alcance de cualquier idiota el poder de la imaginación». El existencialismo, el decadentismo e incluso el pesimismo son las constantes con las que el autor responde a las preguntas que lo inquietan. El hombre cotidiano, según Fabregat, se pregunta qué es dios y obtiene como respuesta: «dios es una de esas ideas formidables que nos habla de la desproporcionada habilidad de ensoñar colectivamente».
A diferencia de los aforismos convencionales, en los que las sentencias suelen ser una verdad cerrada y esencial, Fabregat no sólo reflexiona, sino que además invita a los lectores a reflexionar por sí mismos, cuestionándose y cuestionando: «¿De qué servirán las palabras el día en que la humanidad descubra y aplique la telepatía?»

Federico Fabregat (Guadalajara, 1975) es coautor del libro Seis (Agata, 2001) y ha colaborado en revistas como BlinkTragaluzTedium VitaeReplicante, entre otras.

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