Presentación de «Tiempo de plantar olivos», por Guadalupe Morfín

Me siento muy contenta de compartir esta presentación con dos mujeres excepcionales, como lo son Cristina Romo y Françoise Roy. También estoy muy agradecida con mis editores de Arlequín, Felipe Ponce y Elizabeth Alvarado, que se la han jugado conmigo otra vez en un libro de poemas.

«Sin esperanza no pueden plantarse olivos», dicen los campesinos del sur de Italia. Hace poco, un español que vino a Car Free Cities, Antonio Lucio Gil, y me regaló un dicho de su tierra: «Para nosotros, cebada, para los hijos, uvas, para los nietos, olivos». Así pues, plantar olivos es dejar algo a los nietos, a los que nos siguen. Este libro —con una hermosa portada de Kespo Rodríguez— que representa un olivo viejo, lleno de humanos frutos, revela las huellas detrás de un trabajo poético realizado a tientas, casi a la intemperie; pero, paradójicamente, con mucha fe, con la esperanza puesta en el día a día, con todo el amor posible.

Los poemas que ahora comparto —a diferencia de los de mi libro anterior en esta misma editorial, Mansos diluvios, de corte más íntimo—, corresponden a una observación amorosa del mundo, en clave de derechos humanos, a raíz de mis desempeños públicos o de mis faenas personales en ese tema. Por eso incluyen tránsitos, traslados, y llevan fechas y lugares. Cuando no lo llevan, es porque fueron escritos en casa, es decir, en Guadalajara o Zapopan.

Este libro es mi explosión personal de preguntas y de asombros de una navegación ardua; como la niña en el bosque que espera el amanecer y enciende una fogata para el extravío a través de las palabras, o el navegante que otea el faro en medio de la tormenta.

Lo escribí «a salvo y en el desamparo; en aviones, en hoteles, y en esa hospitalidad transitoria que en tierra ajena se vuelve maná de la comensalidad.En su inmensa mayoría, los viajes que inspiraron los textos de la sección “Fogatas del viaje”, fueron viajes de trabajo, y robé tiempo al descanso para escribirlos. Por años, salí de casa los lunes, con mis maletas, y regresé los viernes, para estar con los míos…»

Creo que en México es posible ponernos en marcha para respirar un aire fraterno y no fratricida. Un aire hecho de no postergar nuestros sueños, pero también de no imponerlos. La luz de la paciencia, ese preludio humilde de la paz. Esa otra forma de conciencia a la que aludía Antonio Machado.

No sé cómo consolar a mi país sin las palabras. Este libro es mi forma de intentar ese consuelo, de compartirle mis claves para volver a ser el gran hogar de todos los que lo habitamos. Yo misma no supe cómo volver a casa sin la poesía, cómo consolarme durante el desempeño de tareas que me desafiaron hasta mis más hondas raíces personales en el campo de los derechos humanos, la atención a víctimas de violencia de género o de trata de personas, la prevención y la investigación de delitos en Guadalajara, en Ciudad Juárez, en todo México. El abrazo de los míos fue mi abrigo; la poesía fue mi casa íntima. Si no naufragué fue porque otras y otros me sostuvieron y porque tuve cuadernos y plumas a la mano, o una computadora para comenzar a escribir lo impronunciable.

Este libro es mi manera de arrullar a mi México dolido y de mirar otros países desde la luz de mi propia raíz mexicana. Mi país, entrañable y único, saldrá de esta oscuridad porque nunca ha dejado de ser un pueblo que alimenta la esperanza. Este libro también es un canto de asombro y gratitud por todo lo vivido.

Soy una mujer que debe mucho a la solidaridad de otros. Mis familiares más cercanos: mamá, hermanas, hermanos, de las familias Morfín Otero y Soto Romero; mis amigas y amigos, que son mi oportunidad más grande de ser honesta conmigo; mis equipos de colaboradores y consejeros ciudadanos —Cristina Romo y Margarita Sánchez Van Dyck, aquí presentes, fueron consejeras—; mis terapeutas del alma y del cuerpo; mis interlocutores. Las mujeres víctimas; las mamás que me confiaron sus historias; los indígenas nahuas y del pueblo wirrárika de mi tierra, Jalisco; los migrantes del cultivo del tomate; los policías honestos; los colegas funcionarios públicos decentes, que hacen lo que les corresponde, a veces en contextos muy desalentadores. Este libro les da las gracias a todos ellos, pero pertenece sobre todo a quienes tejieron los lazos que me mantuvieron viva cuando tocaba el límite de mis fuerzas: a Jesús, a Jesús Carlos, Daniel y Andrea, mis luminarias mayores.

Guadalupe Morfín

2 de diciembre de 2011

 

 

 

Ediciones Arlequín te da 10 razones por las que debes adquirir Orientación y tutoría para alumnos de secundaria.

1.Nuestros libros de texto fueron hechos de acuerdo al documento que ofreció la Secretaría de Educación Pública en el 2006. “La orientación y tutoría en la escuela secundaria, lineamientos para la formación y atención de los adolescentes”.

2.Estos títulos son resultado de un minucioso y exhaustivo trabajo apoyado en la consulta de la bibliografía más actual del tema.

3.En nuestra apuesta pedagógica son más importantes los contenidos y no tanto la forma, es decir, en nuestros libros —bien diseñados y atractivos— no se utiliza el exceso de color para llamar la atención de los alumnos.

4.Los temas son manejados con un lenguaje sencillo y sobre todo breve, centramos nuestra atención en el alumno, por lo tanto, las actividades complementarias en las que se incluyen letras de canciones, fragmentos de obras literarias, propuestas cinematográficas, test para valorar y evaluar distintos temas personales, están acordes a los objetivos y desarrollo de cada tema; de modo que el alumno pueda vincularlos a su experiencia y así plantearse un cambio en su actitud o quizás reafirmar su manera de cuestionarse asimismo y a los que lo rodean.

5.Mediante actividades que van desde ejercicios matemáticos, identificación y clasificación de elementos, ejercicios visuales y de comparación, acertijos, sopa de letras y números, ejercicios de lógica; se busca que el alumno potencialice y desarrolle sus habilidades del pensamiento con el fin de que le sean útiles no sólo para el desempeño escolar sino también en la vida cotidiana.

6.Cada libro esta acorde al nivel y las necesidades del alumno; en el primer curso de Orientación y tutoría lo principal es la adaptación a un nuevo nivel educativo, el descubrimiento de una nueva materia que es tutoría y por ende a una nueva forma de trabajar, asimismo se toma en cuenta su estado emocional y sus cambios biológicos de acuerdo a su edad. En el segundo curso de Orientación y tutoría, el alumno busca dar respuesta a las inquietudes y necesidades propias de su edad por lo tanto, la atención se centra en fomentar el análisis y la crítica de lo que ocurre en su entorno personal, familiar y social. En el tercer curso de Orientación y tutoría el eje es la realización de un proyecto de vida vinculado con las herramientas adecuadas para que el adolescente tome decisiones apegadas a la razón, sin perder de vista sus metas. Los tres cursos se encuentran permeados por la insistencia en los valores, por las dinámicas individuales y grupales de acuerdo al objetivo de cada tema, por la importancia de la formación de lectores y sobre todo por el punto central que es contribuir en el desarrollo integral de los alumnos de secundaria.

7.La guía para Orientación y tutoría no es sólo es el clásico listado de las respuestas a los ejercicios que vienen en el libro de trabajo para el alumno, debido a que el rol del tutor lo tienen que adoptar profesores de distintas áreas del conocimiento, lo cual demuestra que no se trata de expertos en la materia, esta guía, le brinda al tutor paso a paso las estrategias a seguir para cumplir con los objetivos propuestos, sin necesidad de consultar una bibliografía extra.

8.Cada guía ofrece un plus al profesor para reforzar su trabajo como tutor, de tal forma que en la guía del primer curso de Orientación y tutoría se ofrece una presentación a manera de inducción para el profesor que imparte por primera vez la materia, por medio de preguntas y respuestas breves. Asimismo se habla de la entrevista tutorial como una herramienta para que el tutor obtenga información que le permita conocer al alumno, pero sobre todo para brindarle alternativas de solución, con este mismo fin se recomienda al tutor aplicar el cuestionario de información general del alumno en los primeros días del curso, el cual aparece en los anexos del libro de trabajo del alumno. En la guía del segundo curso de Orientación y tutoría aparece un listado de recomendaciones extras para casos de indisciplina. Y por último a lo largo de la guía del tercer curso de Orientación y tutoría se ofrecen las pautas para que el tutor pueda orientar al alumno en la construcción de su proyecto de vida. Todas las guías cuentan con su propuesta de dosificación por semana, contemplando días festivos y las actividades de fin de curso.

9.Cuando el tutor tiene que preparar la clase es necesario que consulte no sólo su guía, sino también el libro del alumno, ya que fue diseñado para que sea un material con el que trabajen tutor y alumno en conjunto.

10.Tanto las notas a considerar como las estrategias en cada tema dentro de la guía del profesor son breves y claras sujetas al tiempo asignado a la materia, no es necesario invertir tiempo extra llenando formularios o documentos anexos, el verdadero trabajo se debe realizar en la aula de clases.

Dieciocho logros de Arlequín para festejar

  1. La permanencia y el trabajo continuo.
  2. La profesionalización de los servicios.
  3. El crecimiento sostenido de la editorial.
  4. La congruencia del catálogo.
  5. La vinculación con otras empresas que tienen claro su oficio y su vínculo con la cultura.
  6. La relación cordial con los autores.
  7. La incursión en los libros electrónicos.
  8. La ampliación del mercado con mayor distribución e impresión bajo demanda.
  9. La venta de contenidos por medio electrónicos.
  10. El diseño de la nueva imagen, nuevo logotipo y diseño editorial.
  11. El cambio de las instalaciones a una zona más accesible.
  12. La apertura de La Librería de Arlequín.
  13. El aumento del promedio de novedades anuales.
  14. Las alianzas con instituciones públicas o privadas en pro del fomento a la lectura.
  15. La creación del Programa de Lectura Analítica (Prolean).
  16. La publicación del primer manual de Prolean: Juegos de lectura analítica acompañado del libro de cuentos Puertas adentro.
  17. La permanencia anual en la Feria del Libro más importante en lengua española: FIL Guadalajara.
  18. El acercamiento con nuestros lectores a través de las redes sociales.

Reseña del libro «Arma vacía y otros cuentos para impotentes», de Rafael Medina

Por Hariet Quint

 

Impotencia. Este es el tema que ocupa ahora al escritor Rafael Medina. Impotencia advertida desde el título Arma vacía y otros cuentos para impotentes. Impotencia insinuada desde la ilustración de la portada diseñada por López Galindo para la editorial Arlequín. Se trata de una mano que apunta como arma con el dedo índice desmesuradamente alargado y —cosa inexplicable, algo que atenta contra todas las leyes de la física y la anatomía— el dedo está caído, doblado, señalando el vil suelo, en vez de estar erguido y firme apuntando con optimismo y esperanza hacia adelante, hacia algún sitio placentero y prometedor, hacia el cielo, pues. Impotencia, tema tan universal que Rafael Medina plasma con enorme sentido del humor en las páginas de su más reciente libro de cuentos. Impotencia, ay, tema tan callado en la vida real, tan vergonzoso, tan íntimo, tan frustrante que, define en primera instancia un estado físico, y luego hace alusión a uno emocional, manifestado por el enojo, el coraje, la rabia, la ignominia y, en algunos casos hasta la locura.

Los personajes de Rafael Medina experimentan, todos ellos, ese estado, desde luego, traumatizante. Por ejemplo, Judith es una psicóloga que “buscaba el exterminio de la” creación, perdón, “erección” y termina mal, muy mal la pobre, asesinada por algún hombre que ya no aguantó su continua y descabellada humillación; una pobre loca abandonada por su marido le pide con insistencia al médico que hable con él y le diga que, a pesar de su enfermedad mental, ella sigue teniendo deseos sexuales; un hombre que, frívolamente desesperado por su impotencia, le pide a otro que finja un atraco y abuse en su presencia de su propia mujer; un desempleado obsesionado por el sexo se queja que su esposa no grita durante el acto íntimo; un escritor que busca refugio de su impotencia en le escritura, fracasa también en este ámbito ante la poca aceptación de sus textos mediocres.

Impotencia que se da en diferentes edades, en diferentes niveles sociales que representan los variados personajes de los 14 cuentos de este tomo, impotencia cuya descripción se agota desde la perspectiva de varias voces narrativas: relata él, relata ella y relata una tercera persona que, al no estar involucrada en los hechos, guarda una perspectiva más fría y distante. Impotencia que se presenta, en pocas palabras, como enfermedad, más no se ofrece la cura y tampoco se despierta ni la mas mínima compasión ante este hecho en los personajes femeninos.

Algo, sin embargo, mantiene unido este abanico de situaciones y personajes. No solamente se trata del mismo asunto, sino también de una reacción generalizada ante esta inhibición sexual involuntaria. Los personajes masculinos están invadidos por un terrible sentimiento de frustración, rabia, enojo y desesperación debido a esa calamidad que llega de repente a sus vidas, así nomás, sin ton ni son. Y el autor canaliza estos sentimientos en un fluir rápido y acelerado construyendo con maestría la trama, el perfil psicológico de sus personajes y usa con predilección el lenguaje coloquial, porque sólo así es como el coraje mana sin obstáculo alguno.

Hay varias cosas que demuestran la maestría con la que Rafael Medina escribe sus cuentos: el lenguaje fluido, los títulos atinados, por ejemplo. Pero me gustaría destacar dos, que a mi parecer son relevantes. Primero, algo que ya le había elogiado hace 11 años cuando le presenté el libro La cruz de la bestia. Se trata de la facilidad con la que cambia la voz narrativa. Los soliloquios tanto de un personaje masculino como el de uno femenino suenan tan propios, tan acordes a la naturaleza de cada uno que el texto se lee con mucha fluidez y el lector se transporta inmediatamente en el mundo narrado. Eso demuestra gran maestría en la construcción de los personajes, de la trama, pero además del lenguaje en el que se narra lo acontecido. En La cruz de la bestia, cuentos que giran alrededor de acontecimientos históricos que marcaron Guadalajara, generalmente sucesos violentos en los que partes de la ciudad fueron destruidas, eventos que impactaron en la vida de los personajes, se nota también una nostalgia, impotencia y rabia por los lugares desaparecidos que nunca más podrán ser recuperados como espacios urbanos. El asunto en este libro de cuentos se percibe grave, si lo pudiera traducir a términos musicales, lo definiría como un tono barítono. En el libro de cuentos que nos ocupa hoy Arma vacía y otros cuentos para impotentes, la cosa se percibe un poco diferente, y ese es el segundo gran logro narrativo de Rafael Medina. En esta ocasión el asunto es grave también, de eso no cabe duda alguna, a ningún hombre le gustaría volverse impotente en el momento más inadecuado y, a decir verdad, pues tampoco le conviene a ninguna mujer que esto suceda, pero en esta ocasión hay un leve y elegante tono humorístico en el texto, a tal grado que yo, como lector femenino, no puedo más que reírme y no lo hago hacia mis adentros, al contrario, en ratos suelto hasta la carcajada. ¿Por qué digo que eso es un logro narrativo? Porque cuando un escritor narra con humor e ironía un asunto grave, es porque adquirió una gran madurez en su oficio de narrar. Es capaz de poner una distancia entre él y el mundo ficticio y, a la vez, obliga al lector a tener una postura reflexiva y no compasiva. En términos musicales diríamos que se trata de variaciones sobre el mismo Leitmotiv en voz enérgica, placentera y saltarina de una soprano.

Rafael Medina no presenta en sus cuentos el melodrama de la impotencia sexual, al contrario, la muestra como un asunto patológico cuyos límites pueden rayar en la locura, que puede afectar a cualquier edad, pero sobre todo, parece ser que es un asunto inevitable en la vida de cualquier hombre, nos dice con cierto pesimismo el autor, y que nunca hay que cantar victoria antes de tiempo. Por ejemplo, a don Vicente Arriaga a los 73 años, para su asombro, no solo se le quedó “el arma vacía” sino también se le “cayó el fierro”. Impotencia, pues, ejemplificada con ese dedo, que en la portada del libro apunta como pistola y en contra de su propia naturaleza está doblado hacia el piso y augura de este modo una inexorable pérdida de poder, la caída del cielo, el fin del paraíso dichoso, el inicio de una existencia vacía de placer y, desde luego, justifica esa frase fenomenal y atinada sobre la cual se construye todo el libro: “En la vida no hay nada más vulnerable, más frágil, que el corazón de una mujer y la erección de un hombre”.

 

Todos y cada uno / Tous et chacun Saint-Denys Garneau

Por mensaje de Luis Vicente de Aguinaga nos enteramos del centenario del natalicio del poeta Hector de Saint-Denys Garneau, quien viera la luz en Quebec el 13 de junio de 1912. Por esta razón aprovechamos la ocasión para compartir con ustedes una selección de notas sobre Todos y cada uno / Tous et chacun, libro publicado en 2008 por Ediciones Arlequín, cuyo traductor es el propio doctor De Aguinaga.

Sirva esta sencilla rememoración para recomendar esta edición bilingüe donde se compila casi la totalidad de la obra del quebequense, que además tiene en la cubierta un regalo: la reproducción de una pintura salida del pincel del propio poeta. Queda de manifiesto que en Arlequín nos interesa publicar textos de la más alta calidad literaria y traducciones de verdaderos expertos en su tema.

Una de las editoriales independientes locales más longevas, prepara novedosa entrega, nutrida y diversa.

Guadalajara • La publicación de más de quince títulos de diversos géneros que aseguran la continuidad del proyecto al igual que las herramientas necesarias para comercializar sus ejemplares vía Internet, son dos de los sucesos más relevantes que caracterizan el momento por el cual pasa #EdicionesArlequín, según anuncia su director Felipe Ponce quien detalla que en este 2013 su producción será el doble de lo que editaron en 2012 debido al apoyo EPRO LIBROS que recibieron del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, así como del Instituto Nacional de Bellas Artes.

“Uno de los volúmenes que considero muy interesante es El canto de la Salamandra. Antología de la literatura brevísima, que reúne micro ficción de autores de finales del siglo XIX hasta autores contemporáneos. También editaremos dramaturgia, ensayo literario y cuento, por mencionar algunos ejemplos”, dice Ponce, quien agrega que “un aspecto relevante es que ya contamos con tienda virtual, se trata de un sistema eficiente, muy seguro, que ofrece muchas bondades al usuario y que en un lapso de mes y medio que arrancamos nos ha permitido hacer ventas en España, Estados Unidos y en ciudades del país como Matamoros y Campeche”.

De esta forma es como Ediciones Arlequín hace frente a uno de los problemas que enfrentan las editoriales independientes que es la distribución, “este nuevo sistema de venta por Internet, que hemos tenido desde hace cinco años, pero que ahora es mucho más eficiente, se añade a las estrategias de distribución que hemos mantenido al exterior del estado y en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, comenta el editor, quien subraya que este novedoso sistema de venta por Internet propio, es muy fácil de usar, que los gastos de envío son muy baratos y que puede pagarse con tarjeta de crédito o en cualquier tienda OXXO y 7 Eleven.

Felipe Ponce comenta que será en marzo de 2014 cuando cumplirán 20 años como editorial, un aspecto que le llena de mucha satisfacción ya que “hemos podido sortear momentos difíciles . Uno de los más agudos fue en 2009, casi estuvimos a punto de cerrar”, dice el editor y agrega que otro de los retos que enfrentan las editoriales independientes precisamente es el mantenerse en actividad continua. “El proyecto ha pasado por varios momentos, iniciamos como cooperativa, luego se disolvió y fuimos sociedad anónima, de ahí en adelante ha habido transformaciones importantes pero lo importante es que continuamos produciendo”, dice Ponce.

Las novedades de Ediciones Arlequín, de las cuales se hará también la versión electrónica, comenzarán a fluir a partir de septiembre próximo.

Una de las actividades fuertes que tendrán será la realización de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México a la cual asistirán en octubre. Para mayor información se puede consultar www.arlequin.mx

Claves

Editados y por editar

– Triunfar de la vejez y del olvido. Miradas, sobre el ensayo literario en la España Contemporánea, de Teresa González y la obra Estación Juárez, de Teófilo Guerrero son dos títulos que editó en lo que va 2013, Ediciones Arlequín

– Ensayo: El peatón inmóvil de Luigi Amara, Entre la luz (y otros temas igual de tangibles), de José Luis Zárate

– Teatro: Dramaturgia de Gabriel Bárcenas y Dramatis Sanguis, de Jorge Fábregas

– Cuento: Alain Prost, de Luis Miguel Estrada Orozco; La taza de chocolate y otras historias, de Héctor Palacios; reedición de La señora Rodríguez y otros mundos, de Martha Cerda; Una poética del mal, de Rafael Medina; El lobo y otros cuentos, de Eugenio Partida

– Novela: Mas si osare, de Alberto Forcada y El hombre higiénico de Gerardo Gutiérrez Cham

– Varios: Filosofía de clase media, de Federico Fabregat; Paraíplos, un libro de microrelatos de Ricardo Sigala, también el libro de crónica Oblatos-Colonias. Andanzas tapatías, de Juan José Doñán y el poemario Cantar de forastero, de Raúl Bañuelos

Una compilación muy especial

El canto de la Salamandra. Antología de la literatura brevísima mexicana (microrrelato), compilación de Rogelio Guedea, incluye textos de autores de la talla de Genaro Estrada, Mariano Silva y Aceves, Carlos Díaz Duffo (hijo), Alfonso Reyes y Julio Torri. En este repaso por el microrrelato están también Max Aub, Nelly Campobello, Francisco Tario, Juan José Arreola, Augusto Monterroso, Otto-Raúl González, Salvador Elizondo, René Avilés Fabila, Felipe Garrido, Guillermo Samperio, Mónica Lavín, Óscar de la Borbolla, Marcial Fernández, Jaime Muñoz Vargas, Cecilia Eudave, Alberto Chimal, Rogelio Guedea, Édgar Omar Avilés y Víctor Hugo Araiza. — en Guadalajara.

Burla Arlequín obstáculos “libreros”

Uno de los grandes problemas que tienen las editoriales independientes, es que frente a los grandes sellos, sus libros quedan expuestos en un rinconcito, justo en lo más oscuro y lejano de los estantes de las librerías, de manera que burlar esas ‘trabas’ es vital para éstas.

Con la tienda de su página web, Ediciones Arlequín encontró una manera más eficiente de vender sus libros: en sólo dos meses de estar en línea, ha vendido más que en las cadenas de librerías locales, y de paso ha enviado títulos a Matamoros y Villahermosa, así como a la Biblioteca de Kentucky.

“Con las cadenas de librerías, como la local más grande, no hay una relación muy buena, no nos consideran una editorial importante, no somos parte de un grupo poderoso, llegan nuestros libros y van al un rinconcito”, dice el director de Arlequín, Felipe Ponce. “Siempre estamos en el rincón más oscuro de la librería y esto es una manera de vencer con esas trabas, desconocimiento del personal de las librerías. Ahora ponemos a la mano los libros con la página”.

El proceso es sencillo y no toma más de cinco minutos. Una vez que se da click a la pestaña “Tienda” de la página www.arlequin.mx y decides cuál título comprar de los 52 que se ofrecen, sólo se requieren tres pasos: llenar un formulario, imprimir la orden de pago e ir al Oxxo para pagar.

También se puede pagar en un banco o con la tarjeta de crédito o débito. El costo de envío es de 39 pesos y tarda de tres a cinco días.

“Las ventas han crecido tremendamente. La semana pasada una chica nos compró 700 pesos en libros, nuestros libros son ‘baras’ y se llevó ocho títulos en una sola compra. Nos ha comprado gente de ciudades donde se sabe que no hay librerías, como Matamoros y Villahermosa”, dijo Ponce. “El otro día una bibliotecaria de Kentucky nos compró El Canto de la Salamandra (una antología de literatura brevísima por Rogelio Guedea) y a los días ya estaba inventariado en la biblioteca. Eso es maravilloso, lo que no sucede en Jalisco, o México, que nos compren para su biblioteca”.

Algunos títulos “Triunfar de la Vejez y del Olvido. Miradas sobre el Retrato Literario en la España Contemporánea”, de Teresa González Arce. $125 “Materia Oscura”, de Mojca Kumerdej. $132.50 “La Cabeza Decapitada”, de Cecilia Magaña. $128.50

Guadalajara,  México (14 octubre 2013)

Alejandro Alvarado

Las andanzas tapatías de Juan José Doñán por Gabriela Torres

Agradecer es lo primero. Por invitarme a leer Oblatos-Colonias y a participar en esta fiesta de presentación de la segunda edición, 12 años después de la primera. Quedé, como decimos los tapatíos, feliz de la vida con esta lectura. Oblatos-Colonias se trata de un libro de puertas abiertas para todos: los tapatíos, los foráneos, los visitantes, los de a pie, los de bicicleta. Esta es su primera bondad: es para todos, con lo que el lector modelo del que tanto habla Umberto Eco se multiplica en un sinnúmero de posibilidades de lectura e interpretación. Es difícil no pasar a un libro así. El que se aguante las ganas y se quede sin introducirse, corre el riesgo de perderse de una anécdota interesante, de un dato increíble, de una versión ingeniosa de la realidad tapatía: salpicada no de invención, pero sí de rumor popular, de canto urbano, de tiempo. Guadalajara, en estas páginas, es “horizonte”: magnificencia a la vista. En cada capítulo, el lector es invitado a participar a no quedarse sentado sin bailar y a echarse un zapateado de puro gusto: a pesar de los pesares, esta ciudad, la nuestra, sigue en pie – medio fregada – pero en pie al fin. La pluma avizora de Juan José Doñán narra un panorama amplio y suficiente para empezar a ver la ciudad que pisamos con menos aires de grandeza y más de indagación, de búsqueda. La historia se sigue escribiendo todos los días. Así lo dice el prólogo de la primera edición: Guadalajara como destino; y lo remarca el segundo: nunca todo será dicho.

No es noche para hablar de mí, pero ese es otro de los problemas de este libro: invita al protagonismo. No seré muy extensa; al menos tendré esa cortesía con ustedes. Soy escritora tapatía: ambas, el oficio y la nacionalidad, por elección. Por un lado, uno no decide en dónde soltará el primer berrido; por otro, después de breves estancias en otros lugares, éste es siempre mi lugar de retorno: para bien, para mal o para regular. Nací entre el año “jubilar” de 1964, cuando el habitante un millón de esta ciudad asomaba su cara redonda, y el 68, con todo su alebreste estudiantil, político y social. Es decir, que para cuando yo daba mis primeros pasos bajo este cielo añil, la cosa iba por el millón y un cuarto. Aquellos tiempos – y tuve oportunidad de corroborarlo esta mañana con mi maestro de ajedrez (léase, mi padre) – eran de trabajo diario pero de relajación, de vida productiva, mas intensa y muy sabrosa. Se podía practicar sin complejo alguno el vicio de la procrastinación, la desidia, la tarea incumplida; sin por ello ser un vago de cuarta categoría. La siesta, ese placer insuperable, se cubría en horario de 2 a 4, con todo y piyama para no arrugar el pantalón de casimir y la camisa de manga larga. Le pregunté, con la intención de traer sus remembranzas a esta mesa, qué era lo que más extrañaba de Guadalajara, a la que llegó a los diez años, proveniente de Parral, Chihuahua, cuando su padre decidió jalar a toda la familia para huir de un escándalo familiar. No lo pensó mucho: las calles, dijo, bonitas, empedradas. Sus ojos pequeñitos – verdosos y nostálgicos – viajaron por el túnel del tiempo, hasta aquella hermosura de ciudad que, por supuesto, habré de regalarle en este hermoso volumen de recuperación, de tiempos idos.

En Oblatos-Colonias, las anécdotas, afianzadas por testimonios fotográficos, escritos, visuales; corren como reguero de pólvora por la memoria del lector e incendian su entusiasmo por revivir la cita de D.H. Lawrence, que viera en las torres de la catedral lo bello y lo triste:”…contemplan solariegas lo que las rodea como dos pájaros que, perdidos y juntos sobre el mástil, alzaran sus cabezas blancas para ver mejor la desolación circundante”. Eso bello y triste, que es también el título de la última novela de Yasunari Kawabata habla, como en ésta, de un trágico romance, pero no entre Oki y Otoko, sino entre Guadalajara y sus cabezas grandes, sus meros meros; mientras, los habitantes –desarmados, para nuestro consuelo – como el chinito, nomás miramos, mientras nada detiene el vértigo, los ultrajes, el decaimiento. O somos muy confiados, o de plano nos alivia el viejo adagio, Ay, Jalisco, no te rajes. El sino de este lugar es no cejar en el intento: Ella, la Guadalajara de las jacarandas y de los camellones, se erige tras cada embestida, se reviste de nuevas intenciones y hasta ahora, soporta con estoicismo los rítmicos golpes del poder y la codicia. Es visto que los jalisquillos decimos gracias y por favor muchas veces, al menos tres o cuatro en una misma conversación. Nuestro sentimentalismo, por demás, es innegable. Nos duele el cuerpo y el alma cuando cortan un árbol, maltratan un perro y ¡cómo no!, cuando se derrumban regalos arquitectónicos y se suplen por horrendas visiones estéticas. El agua, nuestro tema común por excelencia, corre peligro todo el tiempo y, de pronto, de entre las piedras, un brote cristalino resurge del fango. La esperanza, como es bien conocido, nunca muere.

Esta mañana, en lo que mi caballería corría el grave peligro de ser devorada por la mente sagaz y experta de mi oponente, acepté – a pesar de que no como cerdo ni azúcar – a engullir una improvisada torta ahogada (eso sí, con genuino birote salado)y una maravillosa bebida de tuna. Hablamos del Club Ovoide – un antojo para los sentidos -; de Agustín Yáñez, digno representante de su “clara ciudad”; de José Clemente Orozco y el rumor de que sus últimas obras reposan debajo de un colchón; de la “salsa ponzoñosa” de las ahogadas de El Güero. Al final, no soy tan tapatía como me gusta decir, lo cual es una lástima. Mi relación con la bicicleta, esa hermosa tradición que retoma con fuerza el vuelo, se tiñe de vergüenza al recordar algunos desastrosos eventos desde la infancia hasta la adultez inconcebible. Descartada ésta, queda el futbol, al que no pude hacerme aficionada, a pesar del esfuerzo que puse en el asunto. Me gustan las iglesias vacías, y así con otras reticencias. Me gusta andar, eso sí, con los pies en la tierra, recorrer espacios y aprender. Exactamente de un viaje así es que ahora regreso. Ha sido largo el trayecto, pleno de matices y recovecos tan iluminados como sombríos. Permítanme ustedes un último agradecimiento (me faltaba uno), por el gusto de estar en esta mesa, acompañada del “memorioso” por excelencia y de un libro ejemplar.

Es hora de un tequila, ¡Salud!

Gabriela Torres

La nueva y auténtica identidad de una señora

El lunes 28 de abril parecía un lugar común, también una resistencia que viene después del domingo ante este manojo de 24 horas entre la luz y la sombra de la rotación terrestre. Por la tarde, abriendo paso entre el horario reajustado, se acercaba el comienzo de la presentación de La señora Rodríguez y otros mundos, reeditada por Ediciones Arlequín con apoyo de Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes en autoría de Martha Cerda en el Museo de la Ciudad, aquí en la Perla Tapatía. En el 684 de la calle Independencia se teñía de tonos grisáceos en el claroscuro que vuelve más estrecho y acogedor el lugar.

Comienzo a creer que además del tiempo, el movimiento también es relativo, pues en un pestañeo el recinto donde transcurrió el evento se llenó de personas y representantes de algunos medios de comunicación. Ignacio Bonilla, organizador y presentador, dio principio a la función con unas palabras para el público asistente, dejando entrever sus gratas memorias y aspectos sobre su relación con la señora Martha.

Posteriormente, Sara Velazco presentó un texto vinculado a la novela, con tintes híbridos de cuento y crónica, que desmenuzó poco a poco la experiencia, las transformaciones que hay dentro de eso que llamamos vida, el ciclo interminable del cambio, personas y sentimientos que van y vienen con el pretexto de estar inmersos en la atmosfera que gira alrededor de la figura mítica de una mujer como la señora Rodríguez y se quedan impregnados en nuestra mente como recuerdo. Además hizo compaginación de sus vivencias al lado de la autora, tanto personales como en el ámbito literario, denotando que comparten esta pasión por la letra.

Ya casi para culminar y con una participación extensa, Graciela Fernández platicó algunas anotaciones acerca de la obra, donde señalaba su sorpresa por la forma de exponer ideas de Martha Cerda, como la introyección, la moral, el humor negro mexicano y los roles que dan una identidad, no sólo a la obra, sino a su personaje protagónico y que alternan con historias completamente desenchufadas sobre los estratos sociales del país, luego leyó algunos fragmentos, es que “uno nunca sabe”, o nunca termina de saber, como dice el personaje de la señora Rodríguez.

Y al final, con la noche y las demás mujeres reinando en esta parte del globo terráqueo, donde no vive la reina de Inglaterra, entre un clima cálido, preguntas de los asistentes, lectura del primer capítulo, los cuadros que adornaban el lugar, las cámaras, los asientos, un piano cobijado con una manta color tinto, la degustación de vinos y bocadillos, los dinosaurios de la historia que aparece en el libro, las fotografías, comentarios, abrazos, risas, besos, la firma de autógrafos aderezada por el obsequio y la venta de libros en el stand de Arlequín, la señora Rodríguez junto a los otros variados mundos dio un salto al nuevo siglo, donde los gadgets, los contenidos electrónicos y el planeta Safari o Chrome, dependiendo de tu sistema operativo, son el beat de mente de cada día.

Las andanzas de un tapatiólogo

Dentro de las actividades programadas en la Feria Municipal del Libro y la Cultura tuvo lugar la presentación del libro Oblatos-Colonias. Andanzas tapatías, del cronista Juan José Doñán. La cita fue a las cuatro de la tarde, y pasados unos minutos el autor llegó con su casco de bicicleta en mano para subir a la mesa de diálogo junto con el editor de Ediciones Arlequín, Felipe Ponce.

El maestro de ceremonias de la feria municipal leyó un fragmento del texto de la cuarta de forros del libro de Doñán (a quien se le pone el título de tapatiólogo, neologismo para los estudiosos de Guadalajara). Comenzó la introducción anecdótica de Ponce, quien platicó de su experiencia por haber participado en las dos ediciones que ha tenido el libro Oblatos-Colonias: hace ya más de diez años en la editorial Gráfica Nueva, donde Ponce trabajó; “fue una especie de escuela editorial”. Para la segunda edición, corregida y aumentada, estuvo metido de lleno en el proceso del libro, ya que lo publicó en su editorial Arlequín.

Los primeros comentarios de Doñán fueron de agradecimiento a los presentes, pues pese a la fecha (diez de mayo) y la hora (media tarde con el sol a todo lo que da) el pequeño foro para las presentaciones en la Feria Municipal del Libro tenía un poco más de la mitad de su capacidad (dispuesto para aproximadamente setenta personas). Para el calor, atinadamente los organizadores otorgaron programas y abanicos, estos últimos con la frase de “De rincón a rincón leer es una emoción”.

El libro de Doñán tiene en su subtítulo la descripción más precisa de su contenido: Andanzas tapatías. Los numerosos textos que componen el libro son un repaso por la ciudad, “escribir lo que se encuentra uno mientras recorre sus caminos”, dijo Doñán, quien también expresó su contento por dar cuenta de lo injustamente olvidado y que ya sólo sobrevive en fotografías (las varias versiones del Mercado Corona, por ejemplo). También en ese sentido el libro es un homenaje al Oriente de la ciudad, “Se le hace justicia a la parte menos conocida, de la que casi no se escribe”, fue uno de las mejores frases de Juan José para definir sus crónicas.

La charla de Doñán tuvo un contenido similar al del libro, con temas históricos como la guerra del Mixtón, las fundaciones de Guadalajara (hasta encontrar un lugar seguro junto a la barranca), Mexicaltzingo como el primer pueblo convertido en barrio, la plaza de toros en activo a mediados del siglo XIX (en la Plaza Tapatía); pero también visita temas más actuales como la única iglesia iniciada en México que ha tenido éxito en el extranjero (la Luz del Mundo), las esculturas vandalizadas, mutiladas o robadas (como uno de los niños “miones” del centro que fue rescatado antes de ser fundido).

Juan José Doñán prestó especial atención a varias anécdotas históricas de la capital jalisciense: por ejemplo el río de San Juan de Dios, que ocasionó que cerca de ahí se estableciera el mercado y el barrio con el mismo nombre. En cierto momento se decidió entubarlo, ya que el río iba muy contaminado.

Doñán criticó la decisión de los dirigentes políticos de antaño, quienes no tuvieron la visión de entubar sólo las aguas negras y dejar que el cauce natural del río continuara: “por eso Guadalajara no tiene su río propio, como otras ciudades: no tenemos nuestro Sena”.

Otra historia, ésta más futbolera, fue la del desaparecido equipo de futbol Oro (también desapareció su estadio). El equipo nació con los trabajadores de las joyerías, empresas que para evitar el “san lunes”, fomentaron el deporte entre los trabajadores joyeros (“orfebres, para usar la palabra más precisa… ¿Qué otro nombre le iban a poner, siendo joyeros?”.

Mientras avanzaba el evento se fueron sumando más oyentes. Luego de casi una hora de plática amena, Doñán tuvo que despedirse: “Las mejores conversaciones son las que se quedan empezadas…” fueron las palabras del cronista para dar por terminada (por motivos de tiempo) su intervención. Por fortuna, se puede continuar con la lectura del libro: al finalizar varios de los asistentes compraron el libro y fueron formando una fila para el clásico autógrafo.

La fiesta local de los libros sigue hasta el 25 de mayo en los alrededores del Palacio Municipal (Avenida Alcalde e Hidalgo), sumados los puestos bajo los toldos en la Plaza Guadalajara, justo frente a la Catedral. Los horarios son de diez de la mañana a nueve de la noche.

Nota tomada de EL INFORMADOR / Jorge Pérez 10 de mayo 2014